Si tienes dolor en la zona mandibular, oído o en dientes, dolor de cabeza en la zona de las sienes, has ido al dentista, al médico o al otorrino y estos no encuentran una causa relacionada con su especialidad médica es posible que te diagnostiquen una disfunción de la Articulación Temporomandibular (ATM). Las disfunciones craneomandibulares podríamos clasificarlas en dos grupos:
– Dolor craneofacial musculoesquelético. Dentro de este apartado podemos encontrarnos con: contracturas musculares, mioespasmos musculares masticatorios, miositis (enfermedad reumática) y el más común DOLOR MIOFASCIAL.
– Trastorno creaneomandibular. Los trastornos craneomandibulares engloban distintos tipos de patología sobre la propia articulación de la mandíbula (ATM). Estos pueden ser desde disfunciones discales, alteraciones de la cápsula y/o ligamentos o patología degenerativa e inflamatoria (artrosis o artritis) es muy frecuente encontrar signos y síntomas combinados.
Creencias erróneas sobre los trastornos temporomandibulares
– No mover la mandíbula para no empeorar los síntomas: tu recuperación pasa por estrategias enfocadas a la reestructuración del movimiento. El movimiento es el principal enfoque en nuestro tratamiento.
– Los ruidos o clics indican un problema: los clics no son indicativos del estado de la articulación, es un hallazgo que tiene interés siempre y cuando esté asociado a otros síntomas. Si escuchas un clic nunca debe ser motivo para dejar de mover o restringir los movimientos y funciones orales.
– Necesito cirugía: la indicación de la cirugía en los trastornos o disfunciones temporomandibulares es mínima y no cuenta con un sustento científico sólido, salvo en algún caso concreto. El tratamiento indicado en la mayoría de los casos es fisioterapia.
– Los responsables exclusivos del tratamiento son los fisioterapeutas, odontólogos, psicólogos o maxilofaciales: NO. La responsabilidad de la recuperación esta en ti. Un 70% de la recuperación pasa por el propio paciente. Es necesaria la participación activa y la adherencia a un programa de ejercicio terapéutico. Los profesionales especializados se encargarán del otro 30%.
– Tengo que llevar una dieta blanda: las dietas blandas solo están indicadas en fases agudas y en un periodo de tiempo muy corto. Nunca se debe mantener la dieta blanda de forma perpetua.
– Tengo que reducir los movimientos y actividades que impliquen la mandíbula para no fatigarme: la estrategia principal para disminuir la fatiga es el reentrenamiento de la mandíbula y esto se tiene que hacer de forma progresiva y graduada mediante ejercicio terapéutico.
– Este dolor ya es crónico y me tengo que acostumbrar a vivir con él: la palabra dolor crónico hace hincapié a un periodo temporal, la aceptación hacia el dolor puede ser positiva sin embargo la resignación no lo es.
Conductas para evitar si tengo un TTM
– Masticar solo por un lado: la masticación debe ser un movimiento de balanceo y debe hacerse de forma bilateral, normalmente no somos conscientes de ella (es un automatismo), por lo que en caso haberlo perdido hay que reentrenarlo y trabajarlo de nuevo.
– Reproducir constantemente los ruidos o clics de la mandíbula: esta conducta no favorece la recuperación, sino que incluso puede empeorar los síntomas y aumentar nuestra hipervigilancia sobre el dolor.
– Forzar la apertura mandibular con instrumentos: esto no es positivo. Para mejorar el recorrido articular debe hacerse a través de ejercicios terapéuticos específicos que prescribimos desde la fisioterapia.
– Dejar de hacer los ejercicios cuando mejoran los síntomas: esto es muy común, “como ya no me duele no tengo que hacer los ejercicios». La recuperación completa está asociada a mantener la adherencia al ejercicio terapéutico.
– Parafunciones diurnas. Las parafunciones son actividades que hacemos durante el día que no benefician la recuperación de nuestro trastorno mandibular como son:
· Mascar chicle constantemente.
· Morderse las uñas o otros objetos (capuchón de bolígrafo, lápices) sin ningún sentido.
· Apretar los dientes de forma constante cuando se realiza alguna acción motora.
Estas parafunciones aumentan la tensión de la musculatura masticatoria. Debemos ser conscientes de ellas y buscar estrategias para distraernos.