Dolor de tendón (Parte 1)

10 marzo, 2022
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Tendinopatía es la manera con la que denominamos a un dolor en el tendón asociado a la carga. Es decir, que aparece con la carga que se produce mediante la actividad física (las actividades de la vida diaria, laborales o actividad deportiva) y que conlleva además una pérdida de la función.

Existen diferentes fases en las tendinopatías. Es importante diferenciar episodios agudos y breves de una tendinopatía reactiva (de más sencilla solución), de tendinopatías ya establecidas, de fase degenerativa, originadas tras meses o años y que requerirán un manejo durante un tiempo más prolongado.

¿Es necesaria una ecografía o resonancia?

Las pruebas de imagen no son una fuente fiable de información para el pronóstico y la evolución. Tradicionalmente se ha relacionado una aparente mala imagen del tendón, ya sea en ecografía o resonancia magnética, como el principal problema de la tendinopatía. Incluso se ha pensado que no habría una recuperación completa hasta recuperar la estructura y tener una buena imagen diagnostica. Hoy en día esto no parece ser así, es posible que en la imagen ecográfica aparezcan diferencias con respecto al tendón sano pero la realidad es que la relación entre la imagen y el estado del paciente es bastante pobre. Es posible tener un tendón con una aparente “imagen mala” pero no produce síntomas o tener un tendón en un estado aparentemente sano pero sin síntomas intensos. Es bastante común que el tendón y los síntomas de los pacientes puedan solucionarse mucho más rápido de lo que lo hacen las pruebas de imagen que pueden incluso no llegar a reestablecerse por completo. Por lo tanto, basar el pronóstico y evolución del dolor de tendón en las pruebas de imagen no es lo más apropiado.

Demandas y capacidades del tendón

Entendemos como capacidad nuestro nivel de capacidad funcional, nuestro estado físico, nuestro estado general para soportar de una manera adecuada determinados niveles de actividad. Las demandas son todas aquellas acciones relacionadas con las actividades de la vida diaria, laborales o deportivas que requieren de un esfuerzo de activación de los sistemas de nuestro cuerpo.

En el caso del tendón las actividades que requieren mayores demandas son aquellas relacionadas con saltos, carrera, cambios de dirección y todo lo que implique actividades de compresión y liberación de la energía del tendón de manera repetitiva. Mientras seamos capaces de tener un vaso de capacidades suficientemente grande como para poder soportar el volumen de las demandas sin desbordarse no deberíamos tener problema.

El reposo no mejora la tendinopatía, al contrario

Como el dolor y los síntomas del tendón aparecen con la actividad, podemos llegar a pensar que deberíamos parar la actividad para evitar estos síntomas mediante reposo durante unos días o semanas. Sin embargo, lo que ocurre después es que al retomar de nuevo nuestra actividad habitual, los síntomas vuelven de nuevo con la misma intensidad o incluso más fuertes.

Este fenómeno se entiende igual con la comparativa anterior (demandas/capacidades). Cuando hacemos reposo, se produce un descenso de la capacidad por desentrenamiento (el vaso se hace más pequeño), así que cuando volvemos a las demandas previas, ya sea por un periodo de baja actividad física (vacaciones, enfermedad, lesión, etc.) nos encontramos que nuestras capacidades ya no pueden de tolerar esas cargas que antes eran bien toleradas. Esto puede ser el detonante para el inicio de una tendinopatía o para agravar la situación de una ya existente. POR LO TANTO, HAY QUE EVITAR EL REPOSO ABSOLUTO.