¿Qué es el cáncer?
Es una enfermedad que afecta a las células de nuestro cuerpo haciendo que pierdan los automatismos celulares, lo que quiere decir que una célula que debería morir se reproduce y se perpetúa en el organismo. Esto manteniéndose en el tiempo dará lugar a una masa de células o masa tumoral. Este proceso lleva consigo un aumento de las necesidades fisiológicas en forma de nutrientes y oxígeno que si no se controla derivará en una pérdida de la capacidad que tiene nuestro organismo para mantener la homeostasis.
Desde el punto de vista que a la fisioterapia respecta, esta enfermedad es una crisis, un desequilibrio energético donde uno o varios tejidos producen una demanda metabólica extra para el organismo que éste es incapaz de satisfacer.
Factores de riesgo
Existen ciertos factores de riesgo importantes sobre los que podemos incidir desde la fisioterapia y el ejercicio terapéutico como son:
– Déficit de actividad física.
– Sedentarismo.
– Aumento de la grasa corporal.
Estos factores guardan una estrecha relación con el cáncer de mama, útero, esófago, colorrectal, entre los más destacados.
Por lo que una actividad física adecuada puede reducir de manera importante el riesgo de sufrir cáncer.
¿Qué efectos sobre la enfermedad va a tener el ejercicio terapéutico?
- Mejora de la composición corporal.
- Reduce la biodisponibilidad de las hormonas sexuales.
- Reduce la inflamación crónica de bajo nivel.
- Mejora la respuesta inmune.
- Mejora el estrés oxidativo.
- Reduce la sensibilidad a la insulina.
¿Sobre qué síntomas puede intervenir el Ejercicio Terapéutico?
– Fatiga inducida por cáncer.
– Linfedema
– Dolor
– Insomnio
– Dolores articulares.
– Neuropatías derivadas del tratamiento con quimioterapia.
– Función cognitiva.
– Ansiedad y depresión inducidas por cáncer.
El ejercicio terapéutico se puede realizar en cualquiera de las fases de la enfermedad y en todas y cada una de ellas va a tener un efecto positivo en el paciente y sobre todo en su calidad de vida.
Ya hemos dicho anteriormente que el ejercicio y la actividad física son muy importantes en la prevención de la enfermedad, pero:
¿Qué beneficios produce durante el curso de la enfermedad?
Es importante mencionar que el ejercicio debe ser ejercicio terapéutico, pues estamos en presencia de una enfermedad y por tanto debe ser prescrito por el oncólogo y, previa valoración del fisioterapeuta especializado, pautado de manera individualizada según las capacidades y síntomas de cada paciente.
Durante el periodo de diagnóstico y tratamiento el ejercicio produce adaptaciones en el cuerpo que ayudan a que el tratamiento oncológico sea más eficaz:
– Actúa directamente sobre el microambiente tumoral, reduce la hipoxia y hace que penetre mayor cantidad de quimio en el interior del tumor lo que conlleva menor posibilidad de metástasis y un mayor control local de la enfermedad.
– El ejercicio terapéutico también nos va a ser de gran ayuda como preparación previa a una cirugía, haciendo que mejoren los resultados a nivel funcional y facilitando la recuperación posquirúrgica.
– Combinado con el tratamiento, el ejercicio terapéutico reduce la fatiga y mejora la calidad de vida de los pacientes.
Una vez superado el tratamiento el ejercicio terapéutico ayuda a reducir la cardiotoxicidad que provocan los distintos tratamientos (quimioterapia, radioterapia) y el riesgo de recidiva.