La medicina y neurología clasifica las cefaleas basándose en la Clasificación Internacional de Cefaleas. Esta clasificación divide las cefaleas en tres grandes grupos: Primarias, secundarias y neuropatías y neuralgias cráneo-faciales. De estos tres grandes grupos surgen después varías subdivisiones.
Dentro de las primarias podríamos encontrar la migraña, la cefalea tensional, cefalea trígemino autónomica y otras como cefaleas asociadas a la actividad física, cefaleas asociadas a estímulos físicos o cefalea persistente diaria.
Las cefaleas secundarias son aquellas derivadas de otras estructuras o enfermedades, como pueden ser los traumatismos craneofaciales (por ejemplo, latigazos cervicales), trastornos temporomandibulares, trastornos cervicales (cefaleas cervicogénicas) enfermedades vasculares, infecciones, patología intracraneal, consumo de sustancias, trastornos psiquiátricos, etc.
Esta clasificación es muy amplia y algo inespecífica; es una clasificación médica. Desde el punto de vista de la fisioterapia no sirve de mucho para establecer el planteamiento del tratamiento cuando nuestro paciente tiene este tipo de dolor. Es por eso por lo que nos basamos en una clasificación más sencilla para conocer el origen del dolor de cabeza y así poder elegir el tratamiento más adecuado para cada paciente. En muchas ocasiones el dolor de cabeza suele estar relacionado con más de una causa. Podríamos diferenciar cuatro grandes grupos:
– Cefaleas atribuidas a disfunción craneocervical. Los signos más comunes suelen ser dolor de cuello y de cabeza, dolor de cuello que aumenta o precipita la cefalea, limitación del movimiento de cuello con dolor o sin dolor, cefalea que incrementa al mantener determinadas posturas, movimientos cervicales que provoquen o disminuyan la cefalea.
– Cefaleas atribuidas a disfunción témporo-mandibular. En este caso la cefalea suele ser evocada por las funciones mandibulares como al masticar; por parafunciones orales (mascar chicle, morderse las uñas, apretar la mandíbula) y el dolor suele reflejarse normalmente por la zona de las sienes (zona temporal).
– Dolor neuropático craneofacial o craneocervical. Aquí englobaríamos las neuralgias occipitales, trigeminales, auriculotemporales, etc. Estas cefaleas se caracterizan por dolor en el territorio del recorrido del nervio, suele aparecer paroxismos dolorosos, dolor punzante o en ráfaga eléctrica, puede ser continuo o en episodios y acompaña con hiperalgesia mecánica en el nervio (dolor a estímulos suaves).
– Cefaleas asociadas a un proceso de sensibilización central. Este tipo de cefaleas son las más complejas de abordar (aquí podríamos hablar de la migraña). Suelen presentarse de forma simultánea con otras dolencias, el dolor es más difícil de modular, son procesos de dolor de larga evolución y por lo tanto el abordaje debe ser en consecuencia. Las personas con dolor asociado a sensibilización central suelen tener dificultad para conciliar el sueño, bajos niveles de actividad física, su dolor le causa gran dificultad a la hora de desempeñar las actividades de la vida diaria y existen factores psicológicos asociados. Que sean más complejas no quiere decir que no exista solución.
El rol de la fisioterapia es muy importante a la hora de abordar el tratamiento de las cefaleas. Lo primordial es realizar una valoración especifica de cada caso, mediante una entrevista con el paciente y posterior exploración física para determinar el origen o causas de su cefalea y acorde con los hallazgos obtenidos realizar un tratamiento personalizado para cada persona en función de su dolor o disfunción. Para ello disponemos de varias herramientas entre las que destacan la terapia manual, educación terapeuta y, más importante, el ejercicio terapéutico. Por lo que, si queremos obtener buenos resultados a largo plazo y mejorar nuestra calidad de vida, es indispensable involucrarse de forma activa en el tratamiento.